lunes, 22 de noviembre de 2010

"La Mecánica del Corazón" - Mathias Malzieu





Nieva sobre Edimburgo el 16 de abril de 1874. Un frío gélido azota la ciudad. Los viejos especulan que podría tratarse del día más frío de la historia. Diríase que el sol ha desaparecido para siempre. El viento es cortante; los copos de nieve son más ligeros que el aire. ¡BLANCO! ¡BLANCO! ¡BLANCO! Explosión sorda. No se ve más que eso. Las casas parecen locomotoras de vapor, sus chimeneas desprenden un humo grisáceo que hace crepitar el cielo de acero.


He de decir que durante mucho tiempo me resistí a leer La mecánica del corazón, con el convencimiento de que sería el típico libro "de moda", cuyo éxito únicamente residía en la campaña de marketing montada a su alrededor. Pero no. 
Hace apenas un mes me tropezaba con un único ejemplar en la estantería de una encantadora librería. La sugerente imagen de la cubierta, con las letras en relieve y esa singular tipografía hicieron que casi sin darme cuenta me encontrase leyendo las primeras páginas. 

Fue entonces cuando me decidí a darle una oportunidad.

Es cierto que el inicial poder atrayente del libro es fruto del marketing más elaborado: su escritor, Mathias Malzieu, cantante de la famosa banda francesa Dionysos, publica simultáneamente libro y disco homónimos, quien sabe si con intención de poner banda sonora a la historia... Además, se ha creado un microsite con la misma estética poderosa con información sobre el libro, capítulos descargables, salvapantallas, etc; una película en camino; una inminente secuela... Sin embargo una vez que lees el libro te das cuenta de que no se queda en lo fácil. Va más allá. Tras sus páginas nos encontramos con una historia deliciosa, con un fondo tan clásico como búsqueda del amor verdadero, la humillación de las personas "diferentes", la ilusión, la tristeza... Pero el resultado no es en absoluto predecible o pasteloso. La trama no deja de dar giros inesperados que aportan a este delicado cuento un aire novedoso, ganándose por sí mismo el respeto de esta humilde lectora...

La prosa es en todo momento sumamente poética, fina, delicada... con un toque inocente y melancólico, por momentos... 

Como dato curioso he de decir que este libro no tiene ilustraciones. Y sí, es un dato curioso,  porque en cada página crees ver el escenario en el que transcurre la acción, los gestos de los protagonistas, e incluso en ocasiones es posible sentir el frío aire cortante en la cara, el olor, o la música que acompañaría la imagen (quien sabe si esto último tendrá algo que ver con las intenciones de Dionysos...).

Dicen que segundas partes nunca fueron buenas... todavía no he leído La alargada sombra del amor (la esperada y también mediática secuela que circula desde hace meses por las librerías) y no sé si lo haré... No sé por qué, pero me envuelve el mismo escepticismo que mostraba ante su predecesor... Sólo el tiempo dirá si me dejo atrapar de nuevo...


2 comentarios:

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